Cuando el 18 de junio de 2008 el presidente Hugo Chávez Frías tomó la decisión de nacionalizar la industria cementera del país dio un paso fundamental para iniciar el proceso que permitiría alcanzar las metas trazadas en la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
No hay duda que el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana reflexionó en aquel entonces acerca de los componentes que se requerían para llevar a cabo ese sueño de los 3 millones de viviendas para los venezolanos sin techos: contaba con la planificación, con la logística, con los hombres y mujeres capaces de llevar adelante el proyecto y con las materias primas indispensables, pero con la limitante de que en una de ellas, fundamental, como lo es el cemento, no había suficiente producción y su control estaba en manos de empresas transnacionales.
Estas empresas, que en sus orígenes pertenecieron a industriales venezolanos, fueron vendidas por éstos a corporaciones del capitalismo internacional, más interesadas en obtener ganancias de las exportaciones del cemento que de la colocación de este producto en el mercado interno. Además, dichas empresas no estaban invirtiendo en actualización tecnológica de las fábricas, lo cual las hacía cada vez más obsoletas y afectaba su rendimiento en la producción.
Ante ese panorama adverso, el líder de la Revolución decidió nacionalizar la industria. Es por esta razón que hoy en día Fábrica Nacional de Cementos, Vencemos, Invecem y la recién creada Cemento Cerro Azul, todas filiales de la Corporación Socialista del Cemento, son empresas que pertenecen a todos los venezolanos. Y ellas se convirtieron en un motor de elevada cilindrada que aceleró la marcha de las construcciones de las casas y apartamentos donde en este momento moran más de 700 mil familias.
Esa cifra se despacha rápido, casi sin tomar en cuenta el esfuerzo, el sudor, el conocimiento, las penurias de miles de trabajadores, entre ellos también los cementeros, que se dedicaron, se dedican y se dedicarán a cumplir con ese sueño noble y enaltecedor que el presidente Nicolás Maduro juró cumplirle al comandante Chávez. Probablemente la GMVV sea el plan de justicia social de mayor envergadura que se esté ejecutando en toda América Latina y podríamos pecar de modestos si no trasladamos esta visión hacia otras latitudes.
Por las razones antes expuestas, la fecha es propicia para sentirnos orgullosos de pertenecer a la industria cementera. A pesar de las dificultades que tengamos debemos hacer esfuerzos para mejorar nuestra empresa, producir más, ser más eficientes, ser solidarios y entender que tenemos causas justas por las cuales luchar y vencer.
Teniente Coronel
Rubén Trujillo Reyes
Director General