El Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), embrión de lo que más tarde sería el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), escogió como parte de su simbología y su contenido ideológico lo que denominaron “el árbol de las tres raíces: Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez”. El primero, libertador de naciones; el segundo, liberador de pueblos, y el tercero, liberador de mentalidades.
Hoy se cumplen 200 años del natalicio del general Zamora. Quienes escribieron la historia restaron deliberadamente importancia a la gesta épica del general del “General de los hombres libres”, porque este convocó al pueblo llano para enfrentarse a la oligarquía de su tiempo, la cual había traicionado todos los banderas de igualdad y justicia enarboladas en la lucha por la independencia de Venezuela.
Zamora nació el 1 de febrero de 1817 en Cúa, población de los Valles del Tuy, provenía de una familia campesina humilde, que en el lenguaje discriminatorio de la época denominaban “blanco de orilla” por no pertenecer a la clase oligárquica. Al morir su padre cuando Ezequiel solo contaba con 4 años, su madre decide trasladarse a Caracas a buscar un mejor futuro para sus hijos. En la capital, el niño recibe los primeros pasos de la educación primaria pero tiene que abandonar los estudios para ayudar en el sostenimiento de la familia. Posteriormente, el joven Zamora se traslada a Villa de Cura, estado Aragua, donde abrió una bodega y amplía el negocio con el comercio de la ganadería en la región.
Concluida la guerra de la independencia, las élites políticas de entonces se dividen básicamente en dos bandos: Conservadores y Liberales. Los primeros representaban a los grupos de terratenientes que se esforzaban por mantener sus privilegios y la estructura social de la colonia por encima de las necesidades de las grandes mayorías. Los segundos, con un carácter más policlasista, intentan recoger las inquietudes de los otros sectores de la población que sufren las dificultades y precariedades de un país empobrecido por la destrucción de muchos años de guerra.
Zamora se identifica plenamente con las doctrinas del Partido Liberal. El 7 de septiembre de 1847, bajo la consigna de “tierra y hombres libres”, encabeza el levantamiento de la localidad de Guambra, que se proponía el respeto al campesino, la justa distribución de la riqueza y la expulsión de los “godos” (apelativo utilizado para denominar a los afectos al régimen conservador). Desde ese momento Zamora fue conocido como el “General del Pueblo Soberano”. Sin embargo, la sublevación armada fracasó, su líder detenido, enjuiciado y condenado a muerte. Luego, el presidente José Tadeo Monagas conmutó la pena a diez años de prisión. Al año de su detención, Zamora logra fugarse y pasa a la clandestinidad.
Después de muchas vicisitudes en la vida política del país, el 23 de febrero de 1850, Ezequiel Zamora desembarca en la Vela de Coro, proveniente de Curazao, con un contingente armado, dando inicio a lo que se conoció como la Guerra Federal, dado que sus auspiciadores defendían los derechos de las regiones frente al centralismo. Por supuesto que ellos también recogían las aspiraciones de los menos favorecidos de la población y de allí que tuvieron pronto un importante apoyo popular. Junto a Juan Crisóstomo Falcón, “el presidente en campaña”, Zamora y los suyos combatieron en diferentes escenarios en Barinas, Portuguesa, Yaracuy y Cojedes a las fuerzas centralistas. La más importante de todas las batallas fue la de Santa Inés de Barinas, el 10 de diciembre de 1859, en la que el ejército federalista salió triunfante pese a contar con menos recursos de hombres y de pertrechos. La clave del éxito fue la estrategia utilizada por Zamora para enfrentar al adversario, la cual le ha merecido el reconocimiento hasta el día de hoy de quienes estudian los conocimientos militares.
Lamentablemente, poco tiempo después, en las cercanías de San Carlos, cuando se encontraba en tareas de reconocimiento en compañía de Antonio Guzmán Blanco, el líder, el guerrero, el batallador recibió un balazo en la cabeza que acabó con su vida y se podría decir que también acabó con las aspiraciones de los federalistas, porque luego no tardó en ser derrotado el general Falcón y los centralistas tomaron el control definitivamente.
El comandante Hugo Chávez, desde que llegó al poder, se esforzó en dar a conocer los méritos de Zamora en la lucha por mejorar las condiciones de vida de los venezolanos, hasta el punto que sacrificó su vida en la búsqueda de ese ideal. Ahora el presidente Nicolás Maduro Moros lo honra al celebrar su natalicio al decretar Día de Júbilo. Es menester que todos sigamos esos ejemplos de lucha, de dignidad y de capacidad estratégica frente a las adversidades. ¡Gloria al General del Pueblo Soberano! ¡Oligarcas temblad, viva la libertad!